Los tatuajes son tan antiguos como el ser humano. Las técnicas y herramientas para realizar tatuajes han cambiado con el correr del tiempo, la escencia del tatuaje sigue teniendo una relación profunda con su portador. Aunque mucha gente siga viendo esta forma de arte con desprecio, cada día vemos más personas transformas su cuerpo en templo de arte externo.

 

El tatuaje fue considerado en varias sociedades durante mucho tiempo como marca de delincuentes y signo de baja autoestima,  pero hoy en día a costa de la marginación y límites a marcado un territorio de negocio y emprendimiento, actualmente en la capital los tatuadores han logrado hacerse un espacio como reales emprendedores, y trabajar de su propio arte.

 

Para ser tatuador no se necesita educación formal, por lo que ser aprendiz es la única manera de entrar en el negocio. Muchos comenzaron asi, como Fran Garcia de 69 eyes tattoo quien hoy es dueño de uno de los locales mas grandes de su distrito San Juan de Lurigancho.